Las historias que ahora se cuentan en el cine hecho en
Ecuador son más libres. Desde el 2000 hasta el estreno de ‘Pescador’, el pasado
30 de marzo, se han visto en salas un aproximado de 30 largometrajes,
producidos localmente.
Anahí Hoeneisen habla de que las historias que se
contaron en el celuloide ecuatoriano después de ‘Ratas, ratones, rateros...’
son más libres. “Es decir, antes de eso los guiones estaban apegados mucho a lo
político”, dice la actriz y directora de cine. “En estos últimos años nos hemos
ido liberando de la idea de mostrar todo”.
La cineasta explica que antes, en la escritura de un
guión para una película se quería ser el embajador del Ecuador. De plasmar en
un filme todo el país y de mostrar realidades mucho más amplias. “Eso cambió
-añade- y fue un proceso, ahora hay libertad de hablar de temas más pequeños,
más concretos, íntimos, más sencillos”. “Los cineastas ahora sentimos más
libertad de contar cosas más chiquitas, que no son el todo”.
“Los guiones son más cotidianos”, dice Fernando Zurita.
Este cineasta y guionista coincide con la propuesta de Hoeneisen. Además, añade
que el cine se alejó de la literatura. Dice que se dejó de ver a los textos
literarios como materia prima para contar las historias.
Para él eso implicó dos cosas. La primera: rebeldía para
contar lo que se quería contar y no pensar en la crítica social, sea buena o
mala. Y la segunda: enfrentarse ante un casi nulo apoyo para emprender los
proyectos.
Pero él está seguro de que consiguieron logros
importantes desde que ‘Ratas, ratones, rateros...’ destapara la olla de grillos
del cine nacional. Con ello explica que la calidad ha ido mejorando con cada
película que se estrena.
“Con esto se impulsaron técnicos del cine que también
empezaron a pulir estos aspectos de la producción de un filme.
“Ahora -sostiene Zurita- hay buenos fotógrafos para cine
y eso ayuda mucho, porque, en algunos casos, ya no se tiene que contratar a
estos técnicos en el extranjero. Porque, además, son un tipo de profesionales
que deben ser creativos en su trabajo”.
Hoeneisen está segura que esa ebullición de guiones con
diferentes temas provocó algo: que el Estado le eche un ojo a la intención de
los cineastas de hacer películas para apoyarles con recursos económicos. Es así
que en la actualidad, año a año se entregan rubros concursables para diferentes
etapas de la producción de una cinta. Llegan desde el Consejo Nacional de
Cinematografía. De hecho, por estos meses está abierto el llamado para que
nuevos proyectos concursen.
Sin embargo, no existe una entidad que haya agrupado en
un banco de datos los resultados en las salas de cine de cada película
proyectada, es decir, aún no se ha cuantificado el número de personas que han
visto y la recaudación en tiempo de cartelera.
Pero la única empresa ecuatoriana dedicada a distribuir
películas nacionales, Escalón Filmes maneja los resultados que han arrojado las
cintas que han manejado. Fernando Vallejo, de esa firma, explica que en el 2010
‘Zuquillo Expres’ logró 123 863 espectadores y recaudó en total USD 405 839.
Mientras que ‘A tus espaldas’ se llevó USD 324 562 y tuvo
a 110 335 cinéfilos que la vieron. ‘Pescador’, hasta ahora, ha recaudado USD
148 547 y la han visto 38 363 espectadores.
Algunos premios
En el festival cubano uno de los premiados fue el
manabita Javier Andrade por su ópera prima ‘Mejor no hablar de ciertas cosas’.
Se llevó el premio Alba para postproducción de audio.
Otra cinta galardonada en la capital cubana fue el
segundo largometraje de Tania Hermida, ‘En el nombre de la hija’. Se llevó el
premio Caminos, en el 2011.
En el Festival de Génova, la película de apertura fue el
largometraje ecuatoriano ‘Prometeo Deportado’. En esta se cuenta la historia de
un grupo de personas que quiere llegar al extranjero.
Noticia publicada por el diario El Comercio de Ecuador
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